En el siglo XII se inauguró, pero dos años después fue destruida por Pedro el Cruel.
Al visitar esta maravilla podemos contemplar varios estilos arquitectónicos:
Gótico francés, mudéjar y renacentista.
La belleza es indiscutible. Tras casi treinta años de restauración, podemos admirarla.
Celosías mudéjares que tamizan la luz.
Llama la atención sus dibujos tan bonitos y variados.
Una joya que merece la pena ser visitada.
Muy bella
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